Tradicionalmente entregar un presente a una persona es una forma de expresarle el cariño o el aprecio que se le tiene. Las ocasiones pueden ser tan variadas como cumpleaños, aniversarios, bodas y navidad. Sin embargo, también existen otras razones para hacerlo, siendo ese el caso de los regalos de empresa baratos.
Estos son objetos pequeños y preferiblemente no muy valiosos que tienen impreso o no el logotipo de la compañía. Se obsequian a los clientes, al personal propio, visitantes de firmas asociadas e individuos destacados de la comunidad con motivo de salones de exposiciones, visitas a la sede, jubilaciones, inauguración de sucursales, promoción de nuevos productos, apertura de otros mercados, celebración de aniversario, fin de año, etc.
Constituyen una herramienta útil que, gestionada con sentido común, puede proporcionar grandes beneficios. Entre ellos se encuentran la lealtad de la clientela hacia la marca, independientemente del producto o servicio que se comercialice; un mayor compromiso por parte de los empleados y una actitud positiva de los vecinos.
Su distribución debe incorporarse a un plan diligentemente organizado. Por eso cuando la empresa decide dar regalos considerará:
- Fijar las metas generales y específicas a alcanzar con la ejecución de esta iniciativa.
- Determinar con precisión quien o quienes los recibirán.
- Decidir cuándo o porqué causa serán repartidos.
- Desarrollar un estudio previo para conocer que artículos serían los más apropiados al público receptor. Estos deben ser prácticos pero al mismo tiempo estar relacionados con lo que la corporación ofrece.
- Realizar los cálculos respectivos de cuanto se está dispuesto a gastar manteniéndose dentro del presupuesto.
- Solicitar varias cotizaciones de manera de poder elegir la que convenga, respecto a costes calidad y plazos de entrega.
Así que regalar no es solo un acto de inspiración momentánea, sino el resultado de una cuidadosa planificación, con un enfoque claro y bien definido para que la firma realmente logre un beneficio.