Nos encontramos en la era tecnológica y una de las mayores tentaciones es intentar suprimir todo lo tradicional por lo virtual. Pero queramos reconocerlo o no, siempre habrá algunas cosas que son mejor a la antigua y la educación es una de ellas. A pesar del éxito de la formación virtual, los cursos presenciales Bilbao siguen siendo la opción preferencial de muchos.
No se trata de menospreciar el valor de los cursos online o el e-learning, como también se le conoce a este tipo de formación, sino de reconocer que existen áreas de estudio que serán aprendidas con mayor éxito si la enseñanza se imparte de forma personal.
Podemos pensar en el aprendizaje de idiomas, técnicas de programación web, diseño gráfico o cómo tocar un instrumento musical a través de la enseñanza online, pero no podemos negar que otras áreas más prácticas, como dar masajes, la psicoterapia, o la medicina, requieren de una formación más exigente que sólo se perfeccionaría en modo presencial.
Esto se debe a que los cursos presenciales ofrecen a los participantes una oportunidad única de interacción; esto es vital, porque a partir de ello surge el intercambio de conocimiento, experiencias y se logra un aprendizaje directo que no habría sido posible a través de un curso online.
Al día con las nuevas tendencias
Los cursos presenciales no sólo están predominando en temas tradicionales como los antes mencionados; es sorprendente la cantidad de blogueros y expertos en marketing que están optando por esta forma de aprendizaje.
Es tan irónico que resulta difícil de creer, pero así es. Esto no quiere decir que ellos no prueben su propio producto, sencillamente hay ventajas que la formación presencial ofrece y eventualmente, hasta los especialistas en asuntos web la necesitan para su crecimiento profesional.
A pesar de que mucho se ha avanzado en el tema, la seguridad que ofrecen los cursos presenciales frente los virtuales es insuperable. El contacto personal te permite comprobar la calidad de quien imparte la formación y aprovechar mejor su experiencia.
Hay un adicional que, por más completo que se planifique, nunca tendrá un curso online; es la posibilidad de acceder a ese conocimiento extra tan propio de la formación tradicional y que es fruto del ambiente que se crea tras unos días de haber iniciado un curso presencial.
Se trata de ese conocimiento que se transmite durante un paréntesis en el que el instructor comparte alguna anécdota personal o simplemente tiene la posibilidad de aportar alguna información que tal vez por las limitaciones de la modalidad virtual jamás podría decir.
Es importante tener en cuenta aspectos como la disponibilidad de tiempo y recursos para optar por una u otra alternativa, pero en tanto sea posible e idóneo, elige la formación presencial.