Yo no era muy fan de los famosos resorts, donde vas con la típica pulsera. No lo había probado nunca, la verdad. Yo era más bien una persona que le gustaba ir un poco a la aventura y con mis propios medios, disfrutar de la incógnita de dónde dormir y estar en pleno contacto con la naturaleza.

Me resistía mucho a ir a esa clase de sitios, pero hablándolo con mi pareja, nos decimos a ir a México, ya que a los dos nos atraía la idea de saltar el charco, así que ante la duda, hablamos con la agencia de viajes y nos recomendó un hotel de esos de «Todo incluído». Nos pareció bien como experiencia para probar a ver que tal nos adaptábamos al todo hecho y allá nos fuimos.

He de reconocer que no estoy acostumbrado a eso, pero también reconozco, y aquí todo el mundo estará de acuerdo conmigo, que a las cosas buenas, uno enseguida se acostumbra. Llegamos, coctel de bienvenida, una habitación muy amplia y bien cuidada con vistas a la playa, buffet libre, bebidas las que quisiéramos, playa, sol, tumbonas, descanso… vamos, un paraíso aquí en la tierra.

Lo cierto es que nos gustó mucho la experiencia, mucho más de lo que yo realmente quisiera admitir, pero desde luego no cambio mis gustos por viajar más libre, pero como experiencia la verdad es que ha sido bastante buena.

México es un lugar precioso, si bien hay que tener en cuenta dónde te metes, porque como en todas las ciudades, no todos los sitios son aptos para turistas, pero realmente no tengo nada malo que decir de mis estancia en aquel país. Estuvimos cerca de 2 semanas, hicimos excursiones programadas, algunas por nuestra cuenta, y la verdad es que el trato de la gente de allí fué del todo correcto y muy amable.

Los resorts desde luego, para aquel que pueda permitírselo en estos tiempo, es una opción a probar, porque no viene mal que de vez en cuando nos cuiden y nos lo den todo hecho.

 Resorts a Precios de Mayoristas.